SOS- "No tengo tiempo para mi"
¿Qué hago si tengo hijos y no tengo ayuda en casa? ¿Cómo hago con el teletrabajo y el homeschooling?
Hace unos días publiqué un post en la página de Tándem que decía: “ERES HUMANO antes de ser padre o madre, está bien sentirse por momentos agotado y querer tirar la toalla”, acompañado de una invitación a los padres para tomarse unos momentos para ellos mismos.
Esto es algo que repito en charlas y suele haber una persona que dice: “Lo que me pides es IMPOSIBLE, no tengo ayuda en casa, y entre el teletrabajo, homeschooling y las tareas domésticas, se me va todo el día como para tomarme un tiempo para mi.” Me pregunto, ¿cuántos se sentirán identificados con estas palabras?
Para muchos es difícil si quiera pensar en el hecho de tener un espacio para sí mismos. La CULPA rápidamente los invade antes de que puedan tomar alguna acción al respecto; pero ¿porqué pasa esto?
1. LOS FAMOSOS YO “DEBERÍA”
Muchas veces sin darnos cuenta nos llenamos de pensamientos que contienen el famoso “DEBERÍA”. Por ejemplo: “Yo debería pasar más tiempo con mis hijos”, “Yo debería lograr mis metas profesionales”, “Yo debería mantener la casa limpia”, “Yo debería ayudar a los niños con las tareas”, “debería tenerlo todo controlado”, “debería poder estar feliz”.
Lo que sucede con los “DEBERÍA” es que si alguno de estos no se cumple cómo lo habíamos planeado comenzamos a sentir esas emociones que tanto nos desagradan como la culpa, tristeza o cólera.
Es que en muchas ocasiones nos cargamos con mochilas llenas de expectativas y demandas hacia nosotros mismos, que lejos de ayudarnos a lograr las metas que queremos alcanzar nos ponen un peso extra porque sino lo logras serías: “¿un fracaso? ¿un inútil? ¿un mal padre/madre, ¿un mal esposo/a?, etc.”
Me pregunto, ¿qué piensas de ti mismo cuando no logras aquello que crees que DEBERÍAS haber logrado en el día?
Te invito a tomar una hoja y escribir todos los deberías que tienes presente en este momento en tu mochila. Una vez que los tengas escritos, remplaza la palabra debería por PREFERIRÍA.
Las PREFERENCIAS a diferencia de las demandas nos abren un camino a poder equivocarnos, a poder soltar o aceptar que las cosas no siempre serán como las espero y que no todo está o puede estar bajo mi control.
2. PRIORIZA TUS EXPECTATIVAS
Ahora que has pasado tus demandas a preferencias, imagino que puedes tener una lista larga de cosas que “PREFERIRÍAS” que sucedan en tu día a día.
Aunque nos gustaría que el día tenga más de 24 horas, sabemos que esto no es posible. Teniendo en cuenta el límite de tiempo que tienes a diario, te invito a pensar en ¿cómo distribuyes el 100% de tu tiempo actualmente? (puedes utilizar la siguiente “rueda de la vida” como sugerencia de las áreas a las que hoy en día le das prioridad o incluso agregar tus propias áreas).
Ahora, piensa si estás contento con la forma en que distribuyes ese tiempo o si te gustaría que esos porcentajes cambiasen de alguna manera. Te invito nuevamente a dibujar otra rueda en una hoja, colocando cómo te agradaría distribuir ese tiempo.
¡Perfecto!. Terminado este ejercicio ya puedes conocer a que áreas le dedicas más tiempo actualmente, y que áreas de tu vida te gustaría empezar a priorizar.
Es fundamental tener claro las áreas de tu interés para luego poder priorizarlas, teniendo en cuenta que cada decisión que tomes es un SÍ que le dedicas a un área de tu vida, y a la vez disminuye automáticamente el tiempo que le puedes dedicar a otra área.
Recuerda que es probable que no se cumplan tus preferencias en las áreas que decidas dedicarles menos tiempo.
3. ESTABLECE ACUERDOS
Si tienes pareja o vives en familia es previsible que cada uno tenga diferentes prioridades en su propia “rueda de la vida” ¿conoces cuáles son las áreas de interés y como las priorizan las otras personas de tu familia?
En una relación es fundamental reconocer qué es lo que el otro valora. Muchas veces puede ser que lo que él o ella considera importante no sea lo mismo que tú estás poniendo como prioridad.
Tómate un tiempo para reconocer y ponerte al día sobre lo que hoy valora tu pareja y cada uno de los miembros de tu familia.
Una vez que tengan claro qué es lo que cada uno está priorizando, establezcan acciones que les permitan lograr cumplir sus metas y comiencen a negociar sobre las tareas que puedan dificultar el logro de sus objetivos.
Por ejemplo: podrían negociar los días u horas en que cada uno cuida a los hijos, las semanas en que cada uno puede tener un tiempo personal, de manera que ambos tengan tiempo para dedicarse a sus prioridades individuales.
4. SOLTAR, SOLTAR Y SOLTAR
Una vez que establezcas tus prioridades, te invitamos a SOLTAR todo lo demás. Por ejemplo: si hoy decides que dentro de tus prioridades están tu trabajo, pasar tiempo de recreación con tus hijos y tener un tiempo para ti, es muy probable que no puedas tener la casa ordenada como te gusta o que el almuerzo que prepares no pueda ser muy elaborado, incluso al punto que debas recurrir a un pedido de comida por delivery.
Imagínate que eres un malabarista, mientras más pelotas trates de sostener en el aire es más probable que todas terminen por caer al suelo. Toma las “pelotas” que priorizaste para asegurar el balance y no tomes otra si te hace perder estabilidad.
5. ¡ORGANIZACIÓN!
Es mucho mejor que te tomes un tiempo para identificar, organizar y priorizar las tareas que forman parte de tus responsabilidades del día a día.
Entonces, el dicho “Divide y vencerás”, tendrá sentido. Recuerda que no se trata de que todo se haga “como tú esperas”, toma en cuenta tus prioridades del día (esas actividades a las que le quieres decir “SÍ”) y cede en tus expectativas sobre aquello que no agrega valor a lograr tus objetivos.
¿Tienes más preguntas? escríbeme a mariapaula@tandemperu.pe